El esquema de funcionamiento del arte oficial es bastante simple y podría resumirse más o menos así: el arte oficial (bienales, salones y eventos donde se proclama el arte contemporáneo) consiste en un negocio cerrado para un público cerrado que es subsidiados mayoritariamente por dineros públicos del estado. Los que se benefician de este sistema en ningún momento reconocen abiertamente que el arte contemporáneo oficial existe únicamente gracias a los aportes y subvenciones estatales.
Las preferencias e inclinaciones de una sociedad para elevar a la condición de arte determinadas formas visuales no tienen valor alguno en un sistema donde las prácticas artísticas son ajenas a la competencia del mercado.
Las preferencias e inclinaciones de una sociedad para elevar a la condición de arte determinadas formas visuales no tienen valor alguno en un sistema donde las prácticas artísticas son ajenas a la competencia del mercado.
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En consecuencia, los resultados tangibles de las prácticas artísticas oficiales son casi siempre nulos, muy poco interesantes o simplemente chocantes para el público en general. Ante la duda que se presenta se llega entonces a un consenso que les sirve a todos: Ya no hablamos de “resultados” artísticos sino de “procesos en arte”. No hace falta mostrar obras, porque el significado está en otra parte.
Las fuentes de financiación, ya definidas, son controladas entonces por pequeños grupos que, para justificar su experticia en la disciplina artística, instituyen formas de pensamiento difícilmente accesibles para el público en general. Es solo una pantalla utilizada por funcionarios y académicos que los habilita para definir lo que es contemporáneo y lo que no.
Entre tanto, en esta comunidad cerrada se estable un juego de jerarquías y de roles en los que cada quien se siente en la obligación de estar informado, de hablar con cierto tipo de términos y jerga particular cuya elevación intelectual ennoblece la humilde causa de seguir amparándose de los dineros públicos.
A estos guetos les interesa hacer participes a los estudiantes de arte: las instituciones universitarias y las facultades son utilizadas para captar individuos que se engranen temporalmente al sistema, siempre y cuando sirvan de peones para esconder los ejes del funcionamiento que subyace.
Así las cosas, las exposiciones oficiales son infladas con hordas de jóvenes universitarios y con recién graduados de las artes. Humillados, en algunos casos estos últimos tienen la posibilidad de exponer un producto que más o menos reivindique su pertenencia a dicha comunidad.
No se les puede reprochar nada a estos jóvenes porque casi siempre ellos creen realmente en la validez de lo que hacen, a pesar de que todo el engranaje en el que intentan ubicarse les es opaco.
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Posteriormente estas personas terminarán en oficios completamente distintos al de la carrera que estudiaron. No importará, porque habrá más estudiantes de arte para llenar los cupos y continuar con la fiesta.
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La conclusión es que la filosofía del arte tomada para confundir a la sociedad es altamente negativa y perjudicial para el desarrollo de la creación artística. Muchos se dedican a una labor cotidiana de desinformación introduciendo en la pedagogía seductores elementos de distracción y disuasión, que finalmente solo producen corrupción y atraso cultural.
.La dirección.
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Links en relación:
-Discusión sobre el arte oficial en el blog Lérias Varias, (aquí).
-Artículo sobre la vigencia de la pintura en el blog Sobre arte y harte, (aquí).
-Video de declaraciones de agentes del salón Nacional de artistas de Colombia, (aquí).
- Ideas de uno de los curadores principales del arte en Colombia, (aquí).
- Podcast del blog Esfera Pública, donde hablan profesores de arte en Colombia sobre el salón de artistas (aquí).
3 comentarios:
Es bueno hacer la distinción: aquí hablamos de salones oficiales de arte contemporaneo. No estamos hablando de ferias comerciales de arte que constituyen otro capítulo aparte que trataremos luego.
la corrupción donde está? en los instrumentos que utilizan los teoricos organizados con la finalidad de poner a trabajar a los artistas en sus temas...
Magnífico análisis. Quisiera pedirte permiso para publicarte el artículo en el nº1 (Diciembre 2008-Enero 2009) de la revista del Hartismo.
Gracias por el enlace.
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